Haciendo un breve resumen conviene recordar que, aunque la trashumancia del ganado en la Península Ibérica se pierde en la historia, las Vías Pecuarias como tales fueron concebidas en tiempos de Alfonso X el Sabio con la creación, a partir de asociaciones y cofradías de ganaderos, de la Mesta para facilitar el tránsito ganadero por el territorio peninsular y poder trasladar el ganado de un lugar a otro para un aprovechamiento totalmente racional de los pastos según la época del año. Estas vías consistían en unas grandes rutas que atravesaban prácticamente todo el territorio nacional de Norte a Sur y de Este a Oeste.
Las Vías Pecuarias consistían en unos caminos cuya anchura estaba establecida según el tipo de vía que se tratase, siendo las principales las llamadas Cañadas Reales que tenían una anchura establecida de 90 varas castellanas (75,86 metros), aunque su anchura no siempre era fija pudiendo aumentar o disminuir según la Cañada y por el lugar en que transcurriesen. A estas Cañadas principales se iban uniendo otras de menor anchura y que provenían de los diferentes pueblos o lugares de pastos y cuyo nombre cambiaba según su anchura en Cordeles (hasta 37,5 metros) Veredas (hasta 20 metros) y Coladas de anchura inferior a las anteriores.
Además de los caminos había descansaderos, cabañas, abrevaderos y toda la infraestructura necesaria para los desplazamientos. Todo ello conformaba una red de caminos que atravesaban nuestros campos y pueblos.
Las Vías Pecuarias consistían en unos caminos cuya anchura estaba establecida según el tipo de vía que se tratase, siendo las principales las llamadas Cañadas Reales que tenían una anchura establecida de 90 varas castellanas (75,86 metros), aunque su anchura no siempre era fija pudiendo aumentar o disminuir según la Cañada y por el lugar en que transcurriesen. A estas Cañadas principales se iban uniendo otras de menor anchura y que provenían de los diferentes pueblos o lugares de pastos y cuyo nombre cambiaba según su anchura en Cordeles (hasta 37,5 metros) Veredas (hasta 20 metros) y Coladas de anchura inferior a las anteriores.
Además de los caminos había descansaderos, cabañas, abrevaderos y toda la infraestructura necesaria para los desplazamientos. Todo ello conformaba una red de caminos que atravesaban nuestros campos y pueblos.
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