sábado, 2 de noviembre de 2013

Rutas ornitológicas por las vías pecuarias de Madrid

 29 octubre 2013.


© jacilluch
Los amantes a las aves pueden disfrutar ya de un recorrido para su observación, ya que se han diseñado un total de 28 rutas ornitológicas sobre la red de Vías Pecuarias de la Comunidad de Madrid.

En la Comunidad de Madrid, pese a su pequeña extensión, alberga una fauna especial y protegida a nivel europeo, como son el Águila Imperial Ibérica, el buitre Negro, la Cigüeña Negra o la Avutarda Común.Por esa razón y para seguir conservando el cuidado de los ecosistemas y de los animales que allí viven, y sobre todo para que los madrileños puedan seguir disfrutando de ver la fauna protegida se han diseñado 28 rutas ornitológicas sobre la red de vías pecuarias.

Las vías pecuarias van desde la alta montaña a las estepas, recorriendo pinares, el monte mediterráneo, los humedales, bosques caducifolios, los sotos y roquedos. Esas rutas servirán para observar de cerca y disfrutar de las aves.

A parte de los recorridos diseñados para el disfrute de ver a los animales, existen también las ZEPAS, zonas de especial protección para las aves, creadas para conservar su hábitat natural.

Si desea ver estas rutas concretas y ver los planos, acceda a la web de vías pecuarias.

Fuente: ociomadrid.es
http://www.cronicanorte.es/rutas-ornitologicas-por-las-vias-pecuarias-de-madrid/50929

Acotan la Cañada Real Burgalesa para frenar su abandono en Valladolid

La Junta instalará mojones y carteles en los 103 kilómetros del trayecto principal de la vía (Esguevillas-Fresno) y en los 63 de su ramal, entre Valladolid y Alaejos

27.10.13 - 10:00 - T. L. |

Acotan la Cañada Real Burgalesa para frenar su abandono en Valladolid
Acotan la Cañada Real Burgalesa para frenar su abandono en Valladolid
Ya casi no quedan pastores, pero si los hubiera, este invierno lo tendrían muy complicado para abandonar la Sierra de la Demanda en busca del calor extremeño. Más que nada, porque de la Cañada Real Burgalesa –750 kilómetros que discurren entre Canales de la Sierra (La Rioja) y Valencia de Alcántara (Cáceres)– queda poco a la vista, como sucede con la mayoría de estas vías pecuarias castellanas.
Desde que cayó en desuso, a finales del siglo XVIII, se perdió el respeto por su trazado y, ya sea por la llegada del ferrocarril (se aprovechó su itinerario para la línea férrea que une Salamanca-Medina del Campo-Valladolid-Burgos), ya por la expansión urbanística e, incluso, por la acción de los agricultores, esta herencia de la trashumancia ha llegado mermada hasta nuestros días.
Pero no todo está perdido, o por lo menos las administraciones han decidido mover ficha para que no sea así. Y si no que se lo pregunten a los vecinos de muchos municipios vallisoletanos, que en las últimas semanas han recibido la visita de los técnicos de la Junta de Castilla y León para informarles de la ejecución de los trabajos de deslinde de los 163 kilómetros de la vía pecuaria (103 del itinerario principal y 63 del ramal hasta Alaejos) a su paso por Valladolid.
La demanda creciente del uso de estos caminos para el senderismo o el cicloturismo, así como su valor biológico e incluso tradicional, son algunas de las causas que justifican convenios como el que el Gobierno regional suscribió hace tres años con el Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, con el propósito de ejecutar la delimitación, el amojonamiento y la señalización de la Cañada Real Burgalesa a su paso por las provincias de Burgos, Palencia y Valladolid. Los trabajos se prolongarán hasta 2015, y cuentan con un presupuesto de 1,5 millones de euros, financiado a partes iguales entre las dos administraciones.
Aunque el apeo –la colocación de estacas o hitos– y la posterior instalación de mojones de granito en las márgenes de la vía pecuaria son los aspectos más visibles, el procedimiento administrativo para hacer realidad el deslinde es largo y complicado porque, en ocasiones, los intereses públicos chocan con los particulares y el proceso «debe estar muy documentado y ser lo más público y transparente posible».
Al final, tal y como explican gráficamente la jefa del Servicio Territorial de Medio Ambiente, María Dolores Luelmo, y el ingeniero responsable de los trabajos, Javier Vallejo, «se trata de que la Junta, propietaria y responsable de unas vías que, por ley, son inalienables, imprescriptibles e inembargables, las delimite para poder protegerlas mejor. No va a expropiar nada a nadie, sino a recuperar lo que es de dominio público», subrayan.
Documentos y alegaciones
Tras una exhaustiva labor documental (clasificaciones de vías pecuarias, acuerdos de concentración parcelaria, datos catastrales, cartografía, fotografías aéreas, archivos...), se notifica el proceso a los interesados (particulares colindantes, ayuntamientos, juntas agropecuarias...) y se procede al apeo de los límites, no sin antes convocar reuniones informativas en los ayuntamientos. Es después, en el trámite de audiencia, donde los interesados pueden presentar alegaciones si consideran que el trazado es contrario a sus intereses –atraviesa su jardín o la calle principal de su municipio– y aportar toda la documentación que consideren oportuna para defender sus derechos.
Tras la resolución de las alegaciones, allí donde las haya, se elaborarán los planos definitivos y se procederá al amojonamiento y señalización de la vía.
El proceso informativo y de audiencia pública, que en tramos como de la Cañada Real como el que transcurre por Piña, Villanueva, San Martín y Olmos, ha sido rápido y ya está en fase de aprobación, en núcleos urbanos como Geria y Simancas está generando cierto desconcierto vecinal. Algunos desconocían, incluso, que la vía pecuaria atravesara el municipio. Si bien en esos pueblos el proceso está en fase de apeo y cada caso debe estudiarse por separado, no parece previsible que (como ha sucedido en comunidades como la madrileña) conlleve la demolición de construcciones, por lo menos en lo que respecta a la ejecución de este convenio.
«En ese primer tramo de Piña, la Cañada está bien conservada y los agricultores han sido conscientes desde el primer momento de la oportunidad de señalizarla», explican los técnicos, quienes apuntan otros ejemplos de protección como el del recorrido Castronuño-Alaejos-Sieteiglesias, deslindado y amojonado desde septiembre del pasado año. «En las urbes, en los términos urbanos, el desconocimiento es mucho mayor», reconocen.
La Cañada Real Burgalesa entra en Valladolid por Esguevillas sin hacerse notar y recorre solitaria el campo provincial hasta su llegada a la capital, primer término urbano que atraviesa.
Paso por la urbe
El paso de la vía pecuaria por la urbe capitalina fue ya deslindado en 1954 y Medina del Campo, a la que también atraviesa la cañada. El recorrido principal se dirige desde la capital hasta Fresno el Viejo, pasando por Matapozuelos, Medina del Campo o El Carpio, entre otros términos municipales. Pero La vía pecuaria burgalesa tiene dos ramales, el primero en Burgos y Palencia y, el segundo, en Valladolid, el que partiendo también de la capital se desvía hacia Simancas para morir en el citado tramo de Sieteiglesias-Castronuño-Alaejos.
La anchura máxima es de 75 metros (90 varas castellanas) pero varía porque se estrecha o se ensancha para albergar descansaderos, abrevaderos y tenadas y otros (la mayor parte, abandonadas) y, aunque el uso de las mismas para fines particulares no está permitido, las cañadas reales sí son compatibles con infraestructuras públicas de interés general ya existentes como carreteras, vías férreas o incluso puentes medievales, como el de Simancas.
http://www.elnortedecastilla.es/20131027/local/valladolid/acotan-canada-real-burgalesa-201310261952.html?utm_source=elnortedecastilla.es&utm_medium=rss&utm_content=valladolid-rss&utm_campaign=traffic-rss